Alguien, hace mucho tiempo, me contó que la vida juega con nosotros de acuerdo al aburrimiento de sus días; ese día, esa misma persona me contó una historia. Me pidió que no la contara a nadie que pudiera meterle en problemas, no le conté a nadie que pudiera darle aprietos, pero sí, la historia la conté, cientos de veces; nadie me puede culpar, no es una historia tan mala después de todo. La cuestión era así…
“Como a las 10 de la noche una chica y su tío se quedaron solos en el patio de su casa, era el final de alguna celebración sin demasiada importancia, pero lo suficiente para reunir a la familia completa, el tío bebía con entusiasmo un cerveza fría, mientras que la chica sólo tomaba un poco de agua; se llevaban bastante bien, los dos. Luego de un rato se acabaron las historias que daban risa y todo quedó en silencio, estaban uno al lado del otro y, alrededor de ellos, esas sillas vacías, esa noche había luna llena, que iluminaba todo el patio y las facciones de ambos, él se veía más tosco y ella más delicada, él dio el último trago a la botella de cerveza mientras ella miraba a la luna, entonces, en ese momento, fue que él decidió romper el silencio – “¿Sabes?” – Dijo despacio – “esto me recuerda a un momento de mi pasado” – ella acomodó su cabello detrás de su oreja, como si eso la ayudara a escuchar mejor y le miró, él continuó diciendo – “No fue un momento grato, pero lo recuerdo siempre, supongo que aprendí de ese instante” – él iba a continuar, pero vio a la chica fijamente y entonces ella preguntó – “¿Qué te enseñó?” – él le sonrió y suspiró – “pues, bueno, querida de mi corazón, ese momento me hizo entender que la vida es una bastarda que juega con cada uno de nosotros mientras ande muy aburrida, se puede poner muy creativa, ¿quieres saber por qué lo digo?” – Ella iba a responder pero entonces, él sacó una pistola de su bolsillo y ella lo observó con sus grandes ojos nerviosos, él siguió hablando – “relajante, sabes que no te lastimaría; ser policía te lleva a hacer cosas que no son placenteras pero que se tienen que hacer”
“¿Cómo dispararle a alguien?” – lo interrumpió la chica con expresión cautelosa.
- “exacto, como dispararle a alguien, aunque te mentí, a veces es placentero dispararle a uno que otro desgraciado, olvidado por la vida, pero eso no es importante, esa noche, bueno, esa noche yo le disparé a alguien” – sacó las balas y empezó a pasearlas entre sus dedos mientras continuaba la historia – “la primera persona a la que disparé sin estar trabajando, pero ciertamente era un bastardo y ella una puta sin nombre, era muy temprano y yo llegué mucho antes, sí, un crimen pasional, pero, ¿qué te puedo decir? Nadie lo descubrió, él no tenía hijos, ni familia, iba por la vida acostándose con cualquiera que le abriera las piernas. Llegué y allí estaban los dos, en mi cama, él estaba tocando sus pechos y usando sus dedos de manera bastante hábil y ella, que delicia, estaba a casi nada de llegar, abrir la puerta de golpe y frustrar su gran final fue todo un placer” – la miró como buscando algún signo de reproche o aprobación, ella sólo sonrió y le pidió que continuara – “ambos tenían intenciones de empezar a balbucear disculpas y estupideces, pero para ese instante ya tenía el arma en la mano y cargada, esperando atenta, ninguno sabia que hacer, él se movió y yo disparé, justo en el corazón, ella lloró desconsolada, una crisis total, le grité que se callara antes de que la matara también, así que cerró la boca, yo me quedé mirando al tipo ese, tirado en mi alfombra nueva y le dijo lo más calmado posible: ¡Maldición! Ahora debo deshacerme de esa cosa.
Y entonces lo dijo, la sugerencia de la noche auspiciada por mi encantadora mujer: Sirvámoslo en la cena a los invitados de esta noche.
¡Esa perra desalmada!, ¿puedes creerlo?” – Por fin paró de hablar y miró a la chica, que estaba atónita y continuó pausadamente – “no, yo tampoco pude” – ella hablo antes de que él dijera otra palabra – “¿y qué ocurrió?” – preguntó ella y él le sonrió, como diciendo que estaba esperando tanto esa pregunta – “pues, ¿qué va a ocurrir? Hicimos una deliciosa cena, una carne esplendida con patatas y arroz luego me separé de ella y eso fue todo, me fui de estado, no supe más, la deje sin nada y me fui, ni siquiera me divorcié, sólo me fui”.
Esa historia terminó con las mismas palabras con las que terminó mi noche, ese día: “pero eso es un secreto y debes prometer no decirle a nadie, por lo menos a nadie que me vaya a meter en serios problemas”. No volví a ver a mi tío, tiempo después, murió, lo mataron, un tiro en el corazón… Nos enteramos que su esposa había sido la responsable de jalar el gatillo.
There's a little bit of fun in sadness.
viernes, 19 de abril de 2013
viernes, 29 de marzo de 2013
Pequeña pesadilla.
Escribo, escribo de ti y cuando no escribo, pienso en ti, estás presente en todos lados, en especial cuando me caigo, en especial cuando amo, en especial cuando callo... Estás en la poesía que manchan las paredes, estás en la chaqueta de cuero falso de mi abuelo, estás en Caracas, en España y en el vuelo.
A veces escribo y me detengo, pienso que ya no estás aquí, pero sé que es sólo el comienzo. Porque tú tienes pinta de ser parte del purgatorio.
A veces escribo y me detengo, pienso que ya no estás aquí, pero sé que es sólo el comienzo. Porque tú tienes pinta de ser parte del purgatorio.
¿Alguna vez?
¿Nunca has sentido como si tuvieras el peso del mundo en tus hombros?
Como si te estuvieras desvaneciendo lentamente, como si estás bien, pero al mismo tiempo, mal.
Como si estuvieras solo, más allá de ser algo físico.
¿Nunca has sentido como si tuvieras esa necesidad de escapar de todo?
Irte a una montaña, respirar aire frío, mirar caminos verdes.
Como si necesitaras revitalizar tus emociones.
Como si ya en donde estás, no es el lugar para ti.
Como si tu autoestima estuviera jugando a ver que tan arriba o que tan abajo puede llegar en un día.
... no, yo tampoco lo he sentido.
Como si te estuvieras desvaneciendo lentamente, como si estás bien, pero al mismo tiempo, mal.
Como si estuvieras solo, más allá de ser algo físico.
¿Nunca has sentido como si tuvieras esa necesidad de escapar de todo?
Irte a una montaña, respirar aire frío, mirar caminos verdes.
Como si necesitaras revitalizar tus emociones.
Como si ya en donde estás, no es el lugar para ti.
Como si tu autoestima estuviera jugando a ver que tan arriba o que tan abajo puede llegar en un día.
... no, yo tampoco lo he sentido.
jueves, 28 de marzo de 2013
- ¿Y tú? ¿Qué esperas descubrir? - le dijo a la chica mientras se le sentaba al lado.
- Yo espero descubrir lo que sea que tengas para ofrecer.
- ¿Yo? ¿Por qué habría de interesarte eso?
- Porque tienes algo en esa mirada recia y en esas manos toscas... Que siento que terminaré descubriendo un osito de felpa ahí dentro. Y eso, bueno, eso no me lo pierdo por nada.
- Yo espero descubrir lo que sea que tengas para ofrecer.
- ¿Yo? ¿Por qué habría de interesarte eso?
- Porque tienes algo en esa mirada recia y en esas manos toscas... Que siento que terminaré descubriendo un osito de felpa ahí dentro. Y eso, bueno, eso no me lo pierdo por nada.
- Había una vez una serpiente...
- ¿Una serpiente?
- Sí, una serpiente, ¿por qué?
- Es que nunca había escuchado un cuento que empezara hablando de serpientes.
- Es por eso que estás tan chiquito, porque no puedes llegar a pensar que las serpientes también tienen historias o que los humano pueden llegar a escribir de ellas.
- ¿Una serpiente?
- Sí, una serpiente, ¿por qué?
- Es que nunca había escuchado un cuento que empezara hablando de serpientes.
- Es por eso que estás tan chiquito, porque no puedes llegar a pensar que las serpientes también tienen historias o que los humano pueden llegar a escribir de ellas.
- Si empiezas a cavar mucho y mucho, en algún punto darás con algo y eso no siempre es bueno. Debes tener cuidado cuando hagas eso.
- ¿Por qué me dice eso?
- Porque te he visto cavar por los alrededores. Y peor que cavar y encontrar algo en lo profundo de la tierra, es encontrar cosas en lo profundo de las personas
lunes, 25 de marzo de 2013
De tristeza infinita.
Ella era hermosa, pero su tristeza era infinita, ella quería ser como una rosa, pero estaba un tanto marchita, ella estaba enamorada de las cosas, pero de ella ninguna. Eran gotas de lluvia que tan a gusto estaban rodando por sus mejillas, eran los recuerdos que tan cómodos estaban cargándole la mirada, era un vestido viejo y desgastado que guardaba más memorias que polvo y un labial rojo carmín demasiado brillante para ser parte de sus días. Un par de cartas de alguien que sumó rayas a su dolor, del que estaba segura que era amor; ella era graciosa, pero estaba rota.
Ella era hermosa, pero su tristeza era infinita.
Ella era hermosa, pero su tristeza era infinita.
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